Elexa Bahr: la pelota como herencia
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Elexa Bahr: la pelota como herencia


Después de cada partido que disputó la selección de Colombia durante la Copa América, que se jugó en Cali, Bucaramanga y Armenia, una de las primeras jugadoras en asomarse a la zona mixta fue la delantera Elexa Bahr. Tímidamente se acercaba a los micrófonos esperando a que algún periodista la reconociera y le preguntara por sus impresiones sobre el compromiso. Con un idioma muy peculiar, spanglish bastante fluido, siempre estuvo dispuesta a dar una declaración. Al hablar del equipo nacional se le escapaba una que otra sonrisa y el brillo de sus ojos delataban la emoción que le generaba estar cumpliendo uno de sus sueños.

Elexa Marie Bahr, de 24 años, nació en Buford, ubicado en el estado de Georgia, en Estados Unidos, y se formó en una familia fanática al fútbol, a pesar de que no es el deporte más popular en este país. Vicky, su mamá, es colombiana. Su padre era hincha de Millonarios y su madre seguidora de Santa Fe. “Vivíamos esos clásicos con efervescencia y nos fuimos deleitando por el balompié colombiano”, recuerda Álex, quien jugó durante varios años como futbolista profesional en su país, Honduras.

A los cinco años corrió por primera vez en un campo de fútbol, lo hizo para acompañar a su papá. “Ese día la vi muy inquieta, curiosa. Le gustaba seguir al balón”, recuerda Álex. Por esas cualidades, añade, decidió seguir un proceso formativo con Elexa, la hija mayor de la familia Bahr Gutiérrez. “Ella lo trae en la sangre. Es muy rápida, con muy buen nivel físico y un rendimiento destacado”, dice. Inició sus entrenamientos en las canchas de Dacula Soccer Club, ubicadas en Dacula, una pequeña ciudad en Georgia. Álex, quien se retiró en 2003 como futbolista profesional, a la par se vinculó al equipo como director técnico. Cuatro años más tarde ambos cambiaron de club. Pasaron al YMCA, una plantilla que los impulsó a conocerse entre los equipos de fútbol más destacados de Atlanta. Según cuenta Álex, la destreza de Elexa con el balón sobresalía entre las jugadoras de su categoría, por eso siempre jugó uno o dos años por encima. “En ese momento ya pensamos el fútbol como algo más profesional y conseguimos un club en Buford. Pasó a una preparatoria y comenzó a jugar en el equipo”, asegura Álex. Allí hizo historia, pues “en el primer año de escuela recuerdo que hizo 26 goles”. Este récord la llevó a conformar la selección sub-20 de Honduras.

Álex Pineda Chacón, quien jugaba como mediocampista ofensivo, le consiguió una entrevista con Miguel Escalante, director técnico de ese entonces. Con Honduras, Elexa también hizo historia al conformar ese mítico equipo que casi logra clasificar por primera vez a una Copa Mundo. En el premundial sub-20 de 2015, Honduras conformó el Grupo A junto con Canadá, Trinidad y Tobago y Jamaica. En su debut, que fue ante Jamaica, la delantera marcó dos goles. La selección nacional quedó en cuarto lugar, quedándose sin un cupo para Papúa Nueva Guinea 2016.

“Ese campeonato fue muy importante para ella y para nosotros como familia. Le abrió una puerta al fútbol internacional”, confiesa Álex. La selección femenina de Estados Unidos la llamó para conformar sus filas, pero por varias circunstancias no pudo jugar en este equipo. “Sabíamos que era una oportunidad de lujo, sin embargo, Elexa tenía como objetivo llegar a Colombia. Es algo que ella se propuso desde que era pequeña”, anota. Mientras llegaba esa oportunidad que tanto anhelaba estudió negocios, gracias a una beca deportiva en la Universidad de Carolina del Sur por jugar con los Gamecocks.

En Estados Unidos Elexa ha demostrado el talante que tiene para el fútbol. Crédito. elexabahr en IG
En Estados Unidos Elexa ha demostrado el talante que tiene para el fútbol. Crédito. elexabahr en IG

Ya se conocía casi que de memoria la liga universitaria estadounidense, por eso fue por un reto mayor: el fútbol europeo. Decidió viajar a España y conformar la plantilla de CDE Racing Féminas, de la segunda división de este país. Allí, dice Álex, adquirió más resistencia física, velocidad, audacia y una característica especial: pegarle muy bien al balón con ambas piernas. Llegar al plantel español sirvió para compensar la frustración por no haber podido ser parte de la selección femenina de Colombia, pues por los diferentes trámites entre federación y federación, unos documentos no llegaron a tiempo y no pudo viajar con la categoría sub-20. Se sintió frustrada, pero le dijimos que aguardara, que ya iba a llegar su momento”, apunta. Un año después de esa llamada, Elexa recibió la convocatoria por la que había estado esperando desde que era pequeña: ser parte del equipo de mayores de la selección nacional. Recientemente fue parte del plantel que disputó la Copa América Femenina, que se jugó en Colombia en julio de 2022. Sus padres, Álex y Vicky, y sus hermanos Alexánder y Victoria, estuvieron en la final ante Brasil, en Bucaramanga. “Se le nota la felicidad de jugar en Colombia. Las fotos son un reflejo de esa meta cumplida”, confiesa Álex, mientras hace una pausa para evitar llorar.

En ese proceso fallido de los microciclos con la sub-20 conoció a John Alberto Ortiz, entrenador del Deportivo Cali femenino. Álex confiesa que Ortiz le había ofrecido a su hija ser parte del club azucarero, pero ella optó por viajar al Viejo Continente. Ahora, paradójicamente, dos años después, lleva los colores verde y blanco del cuadro azucarero y comanda la delantera, junto a Tatiana Ariza, una de las jugadoras pioneras del balompié femenino colombiano, en la Copa Libertadores. En la victoria 2 a 1 ante Olimpia, del 16 de octubre, tuvo su mejor actuación en este torneo.


Sobre el minuto 82, una increíble jugada individual de Elexa por el costado derecho llevó a que Tatiana se acomodara y rematara con la pierna izquierda para marcar el segundo gol del compromiso. A pesar de que ese día la delantera de 24 años salió llorando del campo de juego, lamentándose por no poder anotar un gol, tuvo unas estadísticas sorprendentes. En los 90 minutos de juego corrió 2.600 metros. Su padre viajó hasta Quito (Ecuador) solo para verla disputar el partido de la semifinal frente a Ferroviaria de Brasil. Si bien la historia por tierras ecuatorianas no concluyó con el paso a la final, las cámaras de América Latina fueron testigo del talento colombiano que viste de verde. Republicación de El Espectador ** Te puede interesar

Por las calles de Marinilla, municipio del oriente antioqueño, yace la leyenda de Catalina Usme, la goleadora histórica de la Selección Colombia e icono del América de Cali. Con tesón y entrega la delantera tricolor ha construido un legado que espera por las nuevas generaciones del balompié cafetero.

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