En la actualidad se encuentra jugando con Hapoel Tel Aviv en Isreal. Crédito. Archivo Web En las calles polvorientas de Villanueva, Colombia, donde el sol parece nunca descansar y el aire se impregna con el aroma de la pasión por el baloncesto, nació un sueño. Un sueño que se manifestaría en forma de un joven llamado Braian Angola.
La historia de Braian es como un viaje, o más bien un draft a través de los altibajos del destino. Desde sus humildes comienzos en una comunidad donde el baloncesto fue su inspiración hasta convertirse en un trotamundos con la redonda.
Su infancia estuvo marcada por la lucha y el sacrificio. Criado en un entorno modesto, Braian encontró consuelo en el juego del baloncesto. Cada tarde, después de la escuela, se escapaba al patio cercano donde una canasta improvisada se alzaba como su altar de sueños. Allí, con una pelota gastada y un corazón lleno de ambición, comenzó a forjar su destino.
A medida que los años pasaban, el talento innato de Braian no pasaba desapercibido. Se destacó en los torneos locales y llamó la atención de los cazatalentos cuando vistió la camiseta del equipo departamental del Meta y viajó becado a las tierras de Sam. Su ascenso fulgurante lo llevó a las canchas universitarias de Estados Unidos, donde se convirtió en un pilar de los Seminoles de la Universidad Estatal de Florida.
Postal de su paso por Norteamérica. Crédito: Getty Images Pero el camino hacia el éxito fue retador. Braian enfrentó desafíos en cada capitulo que iniciaba. Desde lesiones hasta la presión de rendir en un escenario tan competitivo como la pretemporada de los Orlando Magic, y a posteriori su viaje lo llevó a recorrer el mundo, desde las canchas de la NBA G League hasta las arenas europeas en Bélgica, Turquía y Israel, entre otros.
Braian se convirtió en un embajador del baloncesto colombiano, inspirando a una generación de jóvenes a seguir sus pasos. Pero detrás de los destellos de los reflectores y el rugido de la multitud, hay un hombre cuya historia trasciende el baloncesto.
Mundial 2023. Clasificatorios. Colombis vs. Puerto Rico. Crédito. FIBA Braian Angola es un recordatorio viviente de que los sueños, por más improbables que parezcan, pueden hacerse realidad con trabajo duro y determinación.
Hoy, a sus 29 años, mientras el sol se pone en Villanueva y las luces parpadean en las canchas de baloncesto locales, el espíritu de Braian vive en cada niño que mira hacia el cielo con esperanza en sus ojos. Porque la verdadera historia del colombiano que trasegó la frontera de NBA es la de un trotamundos local que conquistó el mundo con una pelota.
