
Por las calles de Marinilla, municipio del oriente antioqueño, yace la leyenda de Catalina Usme, la goleadora histórica de la Selección Colombia e icono del América de Cali. Con tesón y entrega la delantera tricolor ha construido un legado que espera por las nuevas generaciones del balompié cafetero. Cincuenta y dos y va contando. Esta es la marca con la casaca del combinado nacional. La zurda mágica de Cata ha dejado huella en historias memorables como el triunfo histórico ante Francia en Canadá 2015.
Y es que la inspiración de su vida son los cánticos de gol, la emoción máxima que le permite vivir la pasión del fútbol al límite. "Para mi marcar un gol es una sensación indescriptible. Amo estar en las canchas", relató Catalina a La 10Co.
Leyenda en Marinilla

Las canchas del Gimnasio San Juan de la Cruz, en su tierra natal denotaron los inicios y la pasión por el balompíé. Tras los pasos de su padre, José Domingo, y sus hermanos, Carlo Andrés y Diego Armando, estaban los de la pequeña Catalina, que estaba destinada a escribir la historia bajo la sombra del gol. En la lente de Colombia y el mundo está el registro de aquella mágica zurda que superó a una de las leyendas del arco: Hope Solo. Corría el minuto 90 en la cálida noche en el Arena de Amazonía, estadio que albergaba el duelo Colombia vs. Estados Unidos en el marco de los Juegos Olímpicos de Río 2016. La experiencia de las campeonas del mundo pesaba sobre el equipo tricolor, sin embargo, era el día de la 10. A unos metros del área de las 18, y en un ángulo cerrado, Catalina buscó lo imposible: ubicar el balón en un costado del arco. La profecía se cumplió; la emoción y el grito de gol fueron únicos, era el empate, y los recuerdos de infancia en Marinilla conllevaron un flashback de alegría en Cata.
El camino en Brasil fue resultado de largos años de entrega y sacrificio. "En sus épocas de colegiala tenía que salirse antes de tiempo de las clases en el Simona Duque Marinilla —a una hora de la capital antioqueña— para poder llegar a tiempo a Medellín a entrenar con el equipo con el que comenzó, el Formas Íntimas. Ahora recuerda que “no me alcanzaba a veces para el bus y mi familia tuvo que hacer un gran sacrificio”. El Espectador.
