A sus 24 años, Isabel Romero sueña con jugar un mundial.
El miércoles 17 de noviembre de 2010, la vida tomó por sorpresa a la deportista antioqueña; conectó con el mundo del rugby de la mano de Alejandra Betancur, su entrenadora y guía, pero a la vez perdió a Andrea (su mejor amiga) en medio del conflicto armado de pandillas en Medellín. Fue el inicio de la historia Rugby: la inspiración de Isabel Romero.
La cancha de Castilla fue el templo donde 'Isa', como le dicen sus conocidos, dio sus primeros pinos con la ovalada. De la mano de Betancur, leyenda del rugby femenino en Colombia, inició su proceso para ser una de las mejores hooker en la categoría Sevens.
Isabel Romero (centro) siempre se ha caracterizado por su alegría y entrega con Tucanes. Crédito: Espn.mx A sus 24 años, Isabel ha dejado marcas a nivel nacional e internacional. Hay una que lleva en el alma:
"Jugué todo el partido. Cuando empezó el juego nos anotaron, íbamos como 17-0. pero nosotras nunca nos rendimos, dijimos: ¡vamos¡ no nos vamos a dejar (...) Cuando comenzamos a anotar, nos empezamos a sentir imparables. La medalla (de bronce) fue simbólica por ser el evento (Panamericanos de Lima 2019), pero ese resultado para nosotros fue lo mejor del mundo después que nadie las había superado en 15 años.
"Nosotras llegamos con mucho amor y corazón y lo pudimos lograr".
Con esta historia, Isabel Romero , hooker de Tucanes -Selección Colombia Femenina de Rugby- recordó junto a La 10Co una de las grandes proezas que ha logrado con su segunda casa.
Inspiración
Los triunfos memorables, los recuerdos de infancia y familia, son el motor de vida de 'Isa'. Son la inspiración que paso a paso le recuerda que cada partido se debe jugar con tranquilidad y sin afanes, como lo hace en su club. En cada partido debe mantener la frente en alto porque están representando a 50 millones de personas.
Los Panamericanos de Canadá 2015, los Juegos Olímpicos de Río 2016, Lima 2019, entre otros, han sido historias que han escrito memorias de oro en el corazón de Isabel Romero.
Los duelos ante titanes del rugby la inspiran para estar evolucionando día a día con el rugby cafetero, y asimismo, para seguir la marca de la australiana Malia Murphy, ídolo y ejemplo a seguir de la antioqueña.
Una sonrisa se vislumbra bajo la tez morena y el color negro azabache de sus ojos. La deportista quiere seguir volando con su equipo del alma y con la esencia de la tricolor, que asume un reto gigante: clasificar a París 2024.
