Mi primera capitanía con los All Black fue en 2003 ante Gales.
Tenía 21 años. Todavía era un niño y una de las cosas que recuerdo es que justo antes del juego estaba sentado en frente de mi locker mirando con asombro.
¿Esos posters que rodeaban mi paredes? Ahora eran una realidad. Todos los jugadores con los compartía fueron aquellos que seguí con admiración mientras crecía. Honestamente, me sentía en otro mundo. Claro, estaba tratando de mantener la concentración para el juego, pero a la vez estaba asombrado de estar sentando entre leyendas. Me sentía casi como: Quién me dejó entrar ahí?
Todo esa 'presión' la llevé al terreno de juego cuando escuche la ovación de la tribuna y cuando hicimos el Haka. Era algo irreal. Sin embargo en medio del juego algo paso, el chip cambió, Dejé de pensar en lo feliz que era de estar ahí y en el sueño de ganar una capitanía para los All Blacks, en cambio, me puse a pensar que quería hacer esto de nuevo, una y otra vez.
Desde que tomé por primera vez l balón, sentí que el rugby era todo lo que siempre había querido. Lo amaba. Amo todo de este, y parte de mi vida esta enfocada en este Ha requerido toneladas de sacrificio. Dedicar tu vida a un deporte que físicamente pide mucho de tu cuerpo. Empujé el mío más allá de los que pensaba, pero el apoyo de la familia y los tratamientos con un staff médico de clase mundial me permitieron lograrlo.
Mi esposa, Honor, aún no cree en mi retiro. Más que nadie, ella es la principal razón por la que he podido jugar por largo tiempo. He estado buscando lograr mis sueños desde que era un niño. Ella ha sido mi roca. Pero ya estoy listo para lo que viene después del rugby.
Tomado de The Player Tribune
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