Un gol que representó la gloria en el fútbol femenil en México. Crédito: FIFA
“Mi reacción fue correr hacia el banderín, se me olvidó que teníamos planeado el festejo, se me olvidó todo”, dice la mexicana Mónica Ocampo, en entrevista para la FIFA, al recordar el gol que le anotó a Inglaterra en la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2011. Todavía se le enchina la piel con esa memoria porque en 2019 ese gol fue elegido por votación de la afición como el Mejor Gol en la historia del certamen, una noticia que recibió en pleno aeropuerto tras un encuentro de eliminatoria en la Liga MX.Ocampo es zurda, pero ese día en Wolfsburgo “me la acomodé a la derecha y no la pensé porque justo vi que iba corriendo Maribel (Domínguez). Mi opción fue darle el pase, pero no vi que entró (el balón) porque enfrente de mí estaba una defensora, nada más escuché el grito de toda la gente y me quedé sorprendida”, relató.
Ese gol significó el empate en el partido debut, el primer punto que sumó México en una Copa Mundial. Las acompañaron decenas de compatriotas en un estadio casi lleno que se emocionó con ellas después de 12 años de ausencia en el torneo. La delantera comenzó a vivir la experiencia desde que vio su nombre en la convocatoria del entonces director técnico Leonardo Cuéllar: "Dieron la lista y el último nombre fue Mónica Ocampo. Salté de alegría, el poder representar a mi país en un Mundial, ya con selección mayor, fue algo espectacular".
Las memorias de dos ediciones de la Copa Mundial viven en ella, pero Mónica Ocampo habla de fútbol en presente porque sigue atándose los botines semana a semana. Si la buscas antes de un partido con Pachuca, la encontrarás en el vestidor platicando con sus compañeras y vendándose los tobillos por sí misma. Ese es su momento de relajación. No tiene cábalas misteriosas, la contagia la adrenalina de ese espacio antes de salir al campo.
El sello goleador de Ocampo. Crédito: FIFA
El fútbol ha cambiado mucho desde que comenzó a jugarlo en su natal Morelos: “No sabía que existía una selección nacional, no sabía que había fútbol femenil en el extranjero”. Descubrió ese otro mundo cuando recibió con sorpresa su primera convocatoria a la Selección Sub-15, ahí conoció a Maribel Domínguez, la inspiración de muchas futbolistas en la época y vigente máxima goleadora de México. Compartió también con Iris Mora, Mónica Vergara, Fátima Leyva, Cristina González, una generación que abrió camino y todavía es referencia.A sus 38 años, la influencia de Ocampo en la cancha y en el vestidor de las Tuzas es invaluable. No ha sido parte del proceso del técnico Pedro López rumbo a la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2027, pero ha jugado junto a futbolistas que recién inician el camino que ella transitó, como Alice Soto: “Me tocó compartir cancha con Alice, llegó a Pachuca desde los 12 años, muy chiquita. Esa niña tiene talento. Al igual que otras jugadoras muy jóvenes, a ellas les ha ayudado mucho ese proceso que han tenido, el poder participar en categorías menores de Selección y también la creación de las fuerzas básicas en los equipos”.
La delantera se emocionó con el histórico triunfo de México ante Estados Unidos en la Copa Oro W y ve con entusiasmo el proceso actual: “El estar activas, entrenando día con día, ayuda muchísimo. Lo que antes no teníamos, nos juntaban 3-4 meses para irte a un torneo y creo que la liga es muy importante”.
Aunque reconoce que las clasificatorias que dejaron a México fuera de las últimas dos ediciones de la Copa Mundial han sido duras, confía en que esta generación marcará el regreso desde la última participación de la que ella fue parte, Canadá 2015: “Son grandes jugadoras, hay mucho talento en nuestro país. Simplemente es creérsela, lo han demostrado, han hecho muy buenos partidos. No hay varita mágica que te califique a un Mundial, hay que seguir trabajando”.
En el vestidor de Pachuca, Ocampo es esa jugadora experimentada que les recuerda lo más importante: “Trato de decirles que disfruten mucho y que trabajen al máximo. Sé que hay momentos donde quieres tirar la toalla, que hay momentos en los que no puedes más, pero si realmente es tu sueño poder estar en un equipo profesional, tienes que esforzarte siempre”.Hoy, con más de dos décadas provocando gritos de gol, un palco que lleva su nombre en el Estadio Hidalgo de Pachuca y el reconocimiento internacional por el golazo que le hizo a Inglaterra, Mónica Ocampo define así su trayectoria: “Siento mucho orgullo de haber portado los colores de mi país. El representarlo en tres Mundiales (incluido uno de categoría Sub-20), en diferentes torneos: Premundiales, Juegos Panamericanos, Juegos Centroamericanos, ha sido un orgullo”.
En 2023, la Selección mexicana le rindió un homenaje frente a su público. Kenti Robles la recibió en el vestidor: "Moni, te lo he dicho muchas veces, cuando te veía de pequeña, siempre te decía que tenías que ser eterna. Ojalá fuera siempre así y pudiéramos disfrutar de tu fútbol".
En ese momento, Mónica les entregó la estafeta de forma simbólica: "Así como en mi generación hicimos vibrar a mucha gente en diferentes torneos, es momento de que ustedes nos hagan vibrar. Las admiro a cada una de ustedes, las apoyo y estoy con ustedes. Viva México".
Pero su historia aún no está completa. El esperado título de liga, el único pendiente en su carrera, podría cumplirse este torneo con unas Tuzas líderes de la competencia. Y cuando llegue el momento de colgar los botines, su legado seguirá atrás de las líneas de cal: “Apenas terminé mi curso como directora técnica, ya me titulé. Mi idea es dirigir, me gustaría ir de menos a más, prepararme mejor como entrenadora. Me llama mucho la atención poder tener un cargo en la dirección deportiva, sé que para eso también me tengo que preparar. Aquí en Pachuca me han abierto las puertas siempre, entonces no me alejaré de las canchas”, finalizó.
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